Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 6 de febrero de 2018

MIR docenTEAL



Para mejorar el PIB, necesitamos cultura a paladas, para reaprender a respetar y empatizar con las ideas y acciones de los que se cruzan en nuestro camino. El problema como se puede ver en el reciente informe del observatorio de la cultura en 2017 es que a la cultura en España ni está ni se la espera.

Si el modelo educativo está agotado, puede que el problema no sea poner otro parche a la formación de los profesionales, si no, que toca redefinir el para qué sirve la educación, y aquí difiero de lo que opina el filósofo Juan Antonio Marina, padre conceptual del MIR docente y que recoge Ana Torres Menárguez ayer en el periódico El País : La educación va sobre ayudar a adquirir hábitos, que no siempre son de nuestro agrado. Sobre la idea de que hay que dejar a los niños elegir y no coaccionar su libertad, es importante decir que todos nacemos absolutamente dependientes y el proceso educativo consiste en fomentar la capacidad del niño de tomar decisiones, pero eso no se puede hacer al principio. Los niños aprenden a ejercer su autonomía obedeciendo las órdenes que les dan sus educadores. 

Entonces, si todos nacemos absolutamente dependientes, ¿por qué un niño chino recién adoptado tiene la capacidad de hablar español rápidamente? ¿Por qué un bebe es capaz de navegar en un móvil mejor que sus progenitores? ¿Qué ordenes han obedecido para tomar esas decisiones? Es decir, No nacemos dependientes, la educación actual nos hace dependientes. Y nos obliga a aprender a tomar decisiones donde siempre tomamos la decisión menos mala. ¿Alguna vez has decidido entre elegir 10 millones de euros sin impuestos en una década o uno ahora mismo?

Hoy, Juan Antonio Marina plantea en El Confidencial un modelo de dirección de los centros educativos que ya se da por amortizado en las empresas, donde los empleados ya no se acuerdan para qué aporrean el teclado, más allá de pagar facturas. Por ello, tenemos la oportunidad de implementar el sistema organizativo TEAL, donde los profesionales se sienten plenos, se auto gestionan y trascienden a lo que hacen a diario con los niños. En teoría la realidad no dista mucho, son pequeños cambios, detalles. Por eso, las aportaciones de Juan Antonio Marina y los profesionales del Libro Blanco son importantes, pero habría que escuchar también a les docentes María Acaso, César Bona, David Calle y a facilitadores del cambio organizativo como son David Marti, Jesús Carreras...


Hay que tener valor, para crear valor

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