Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

sábado, 9 de septiembre de 2017

¿Felicidad humana = utilidad + autoconocimiento+ CRISPR?


Desde que leí el libro "Piensa en ti" de Joaquina, me asalta una controversia, Joaquina en varias ocasiones, hace hincapié que una de las claves de la felicidad es ser o sentirse útil.

Una utilidad ligada a aportar valor a los demás, por la cual, experimentas el subidón de aportar, y a veces, una compensación social o económica. Porque seamos sinceros, el dinero no da la felicidad, pero ayuda mucho a acercarse a ella…

Ahora que se derrumba el mercado laboral, y las cifras de la nueva economía son de risa, sigo afirmando que se destruyen 10.000 puestos de trabajo, por cada puesto freelance knowmad que se crea. Es importante empezar a plantearse, qué metodologías tenemos para conseguir ser felices sin ligarlo a la utilidad, ni mucho menos al trabajo.

La otra forma que está muy de moda es el autoconocimiento, la aceptación personal amarse a uno mismo, para cambiar la energía negativa por la positiva, y ser como escribe Alex Preukschat en el libro "Blockchain: la revolución de internet" , para ser un buen nodo del sistema descentralizado. Porque cada vez tengo más claro que lo que te pasa, (excepto causa mayor), es porque queremos, tanto lo bueno porque lo buscas, como lo malo porque para evitarlo lo dejamos para mañana. Es decir, la tecnología nos está abocando a que maduremos como nodos.

Y ¿no hay otra forma? Para ser feliz o eres útil o te aceptas…

El pasado miércoles asistí a la presentación de Dictum Futurae en CIBBVA y su propuesta de cómo será la sociedad inteligente en 2025. Donde posiblemente sea la culminación de la maduración descentralizada en la que estamos empezando a caminar y muchos de los actuales dramas de la sociedad se hayan domesticado. Donde la internet del valor (la de blockchain) haya sustituido a la de información (actual).

Aproveché la vuelta al cole de los evangelizadores de innovación madrileños Javier Sirvent y José Cordeiro (si el mundo es su casa, cómo no lo va a ser Madrid), lo siguiente: Utilizando CRISPR, ¿en cuánto tiempo se podrá eliminar de la célula el 80% del cerebro reptiliano? La respuesta contundente: ¡2 años!!!!!

Y me dieras a qué viene esto, pues sencillo, el cerebro reptiliano es el primitivo el primero en reaccionar bloqueándote porque piensa que te viene un mamut a cornearte, pero no, tan sólo es un coche parado en un semáforo… Es decir, perdemos demasiados años de nuestra vida por no atrevernos a hacer lo que realmente nos apasiona y nos hace feliz. Pues bien, si sólo dejamos la proporción de preocupación para que no te tires desde un decimoquinto, y eliminamos el 80% del miedo, puede que no tengamos ni que ser útiles, ni conocernos para sentirnos bien con nosotros mismos.

Para rizar el rizo, ayer dialogando con el facilitador de autoconocimiento para emprender José Barroso, me daba cuenta, que la felicidad para ser validada necesita encadenar alegrías, al no existir un consenso en la medición de la felicidad.

Por tanto, si la felicidad sólo es un concepto, inalcanzable cual zanahoria delante del burro, es muy complicado que algún día nos sentamos realmente plenos. Por lo que creo, que la especie humana tiene un hardware excepcional, pero tiene el un sistema operativo mal configurado. ¿hasta cuándo lo vamos a permitir? Quizás, es necesario que reajustemos el mismo, como aquella carta de ajuste que aparecía al final de la emisión de la televisión hace unas décadas.

FOTO: Alejandro Sacristan de Aviador Dro y Empática VR en la presentación  de Dictum Futurae, en CIBBVA con chaqueta "carta de ajuste" del uniforme del grupo de música LKAN.  

1 comentario:

  1. Magnífico post Gonzalo. El plantearte estas cuestiones indica que estás en un momento vital excelente. Cuando el ser humano busca respuestas es porque está dispuesto a afrontar el siguiente nivel. Me quedo con algo que hablamos en la conversación que mencionas, finalmente la felicidad depende de cada uno y no tanto de circunstancias externas o de cumplir un canon universal que en realidad no existe como tal. Cierto que nuestro hardware es perfecto, pero el software tiene una mala configuración, a menudo por "virus externos" y porque no sabemos suficiente de software para meter líneas de código que funcionen bien, pero que tenemos nosotros que aprender a repararlo (con o sin ayuda, pero nosotros) y no esperar a que nadie lo haga por nosotros (o nos de "su" receta, que probablemente no servirá para nada), eso es tan histórico como que todos los días sale el sol. Un abrazo.

    ResponderEliminar