Gonzalo Osés

Gonzalo Osés

martes, 15 de diciembre de 2015

Sin el sudor de tu frente V: Súper cerebros


Si has leído los post anteriores de esta saga, sabrás que estoy convencido que dentro de tres lustros la tecnología desterrará la cultura del esfuerzo, dejando el campo educativo limpio para canalizar talento sin excusas para el desarrollo personal pleno.

En el último post planteaba que dentro de tres lustros los ordenadores cuánticos tendrán más capacidad de pensamiento crítico que cualquier ser humano, ante lo cual, esta semana me he dedicado a preguntar a mi ágora sobre la forma de aumentar la capacidad de utilización del cerebro, y crear súper cerebros para por un lado gestionar las granjas cuánticas y por otro tener la capacidad de aprender cualquier idioma (cirílico, árabe, chino…) en unas semanas, y empatizar con quienes lo hablan, para confraternizar antes.

Las primeras pistas venían del doctor Sirvent, planteando: los ordenadores cuánticos serán antes de que los súper cerebros, no está claro qué % utilizábamos, sí se electro estimula un cerebro puede llegar a aumentar la concentración en un 27%, y que el proyecto BRAIN apoyado por Obama del investigador Rafael Yuste está empezando a mapear el cerebro.

El jarro de agua fría venía por parte de mi padre, con este clarificador enlace cual ducha mañanera que te activa la bombilla, es un mito que sólo usemos el 10% del cerebro, usamos el 100%.

Ok, toca desandar esa senda, pero  por lo menos a uno le sorprende como al parecer se podrían clonar personas y sin embargo desconocemos todo de nuestro ordenador.

Los pasos pueden que me encaminen hacia las biodiseño al descubrir al tediano Stefano Mancuso diciendo que las plantas tienen 20 sentidos y en sí mismas, y si inteligencia es la capacidad de resolver problemas, son conscientes de lo que son y de lo que les rodean porque la mayor parte de sus células producen y transmiten señales eléctricas…

PD: la foto es la portada del libro "El nuevo consumidor digital, el cubo Noriso" de Juan José Delgado, Mónica Deza, Ángel Bonet y Rafael Fernández (editorial Círculo rojo).

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